Su libro, “De revolutionibus orbium coelesitum” (Sobre las revoluciones de las esferas celestes), suele ser considerado como el punto inicial de la astronomía moderna y pieza clave en la llamada Revolución Científica del Renacimiento.
Copérnico, pasó cerca de 25 años trabajando en el desarrollo de su modelo heliocéntrico del universo.
En aquella época resultó difícil que los científicos lo aceptaran, ya que suponía una auténtica revolución.
Curiosidades:
Copérnico fue un polímata: matemático, astrónomo, jurista, físico, clérigo, católico, gobernador, administrador, militar, diplomático y economista. Junto con sus extensas responsabilidades, la astronomía figuraba como "poco más que una distracción".
Copérnico, proporcionó las bases que permitieron a Newton culminar la revolución astronómica, al pasar de un cosmos geocéntrico a un universo heliocéntrico.
Lo que se conoce como Revolución Copernicana, no es más que la formulación de la teoría heliocéntrica el cual afirma que la tierra y los otros planetas giran alrededor del Sol.
En 1935 se dio el nombre «Copernicus» a uno de los mayores cráteres lunares ubicados en el “Mare Insularum”.
El 19 de febrero del 2012 la IUPAC nombra al elemento 112 de la tabla periódica como copernicio en honor a Copérnico.
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